"¡Mis ojos saben hablarte suficientemente para que la lengua sea inútil! ¡Sólo mis ojos te revelan los secretos
ocultos de mi corazón!
¡Cuando te apareciste, corrieron por mi rostro dulces lágrimas, y me quedé mudo, pues, mis ojos te decían
lo necesario!
¡Los párpados saben expresar también los sentimientos! ¡El entendido no necesita utilizar los dedos!
¡Nuestras cejas pueden suplir a las palabras! ¡Silencio, pues! ¡Dejemos que hable el amor!"
Autor Anónimo
Libro "Las mil y una noches"
Historia del mandadero y las tres doncellas (Historia del segundo Saaluk)
Pagina 80