"Entré con mucho cuidado, poniendo a la parte de afuera la antorcha que me había alumbrado en el camino, y vi que aquello era un oratorio. Estaba iluminado por lámparas de cristal verde que colgaban del techo, y en el centro había un tapiz de oraciones extendido hacia Oriente; y allí estaba sentado un hermoso joven que leía el Corán en alta voz, acompasadamente "
Autor Anónimo
Libro "Las mil y una noches"
Historia del mandadero y las tres doncellas (Historia de Zobeida, la mayor de las jóvenes)
Pagina 108